Reflexión del bloque 3

Esto va llegando al final con buen sabor de boca, ¡nunca mejor dicho!


En la primera actividad del bloque le echamos un vistazo a los menús escolares. He de decir que nunca utilicé el servicio de comedor escolar ya que en mi localidad no existía cuando yo iba al colegio y en los diversos centros en los que he trabajado como profesor tampoco ha habido, así que sólo he comido este tipo de menús en los campamentos de verano y he de decir que en aquellos tiempos las cosas estaban menos reguladas que hoy. ¡Menudas palmeras de chocolate y dónuts desayunábamos!

La importancia de buenos hábitos alimentarios comienza en la infancia y creo que es fundamental que los niños se vayan acostumbrado a todo tipo de alimentos y de elaboraciones, intentando evitar el abuso de los fritos.

En la segunda actividad eché un vistazo a mi día activo llevándome un sorpresa muy poco grata. Según mi edad y peso corporal mi ingesta calórica debería andar por las 2800 kcal que debería quemar a lo largo del día.

Considero que no tengo una vida sendentaria, ya que aunque el trabajo no implica un gran gasto calórico, muchas veces voy andando a él (unos 2 km) y también camino para hacer la compra y otras tareas diarias. Acudo al gimnasio a diario durante una hora y muchas veces lo complemento con más de una hora caminando a un ritmo considerable. Aún así, la tabla en la que calculé mi gasto calórico me trajo un disgusto: sólo quemo alrededor de 2100 kcal. Esto explicaría esa barriguilla que empieza a aparecer ;-)

Con respecto al uso que dicha actividad tendría en el aula, creo que es importante que los alumnos no se obsesionen con las calorías y empiecen a contar todo lo que ingieren, por lo que obviaría dar datos concretos y sólo me centraría en animarles a tener una vida activa y una alimentación saludable, sin entrar en números y cifras a estas alturas.

Por último, con respecto a las alergias e intolerancias alimentarias, aplaudo la última ley que obliga a los establecimientos a informar sobre ellas porque los que sufrimos alguna intolerancia lo teníamos realmente complicado a la hora de comer fuera.

En mi caso, mi ligera intolerancia a la lactosa no me impide hacer una vida normal y comer fuera con total normalidad pero tengo conocidos y alumnos celiacos y con diversas alergias y para ellos es fundamental conocer los ingredientes de los platos que se elaboran.

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